jueves, 1 de julio de 2010

La diabetes exige políticas públicas inmediatas


Salvador de Bahía, en Brasil es el escenario de la Cumbre para la Diabetes de América Latina, del 30 de junio al 3 de julio del 2010. Desde está parte del continente surge un gran llamado de atención sobre el flagelo de esa enfermedad crónica, que afecta ya a 230 millones de personas en el mundo.

Pierre Lefébvre, director de la Fundación Mundial para la Diabetes (WDF), anfitrión del evento que contó con médicos, epidemiólogos y expertos sanitaristas de 34 países, habla de manera categórica: “La situación de la diabetes en el mundo es preocupante: es como un tsunami, y la ola todavía no llegó a lo más alto”. Las razones de este avance peligroso son nuestros malos hábitos de alimentación y la poca actividad física.

“En 1985 había 30 millones de diabéticos, ahora hay más de 230 millones. Es decir, en apenas una generación aumentaron más de siete veces los casos, pero yo no quiero hacer sólo hincapié en lo estadístico. Ese número también significa que cada vez hay más probabilidades de que una familia tenga un integrante diabético. Lo que ocurre es que está aumentando el sedentarismo en el mundo, y también la mala nutrición, y eso influye mucho para la aparición de la diabetes tipo 2 (que abarca el 90% de los casos dentro de esta enfermedad)”.

En estos tiempos la tecnología nos cambió la vida. Los adultos caminan menos porque es más fácil subirse a un auto; los chicos eligen más estar conectados a la computadora que hacer ejercicio al aire libre. Y el poder económico lo domina todo y puede imponer, por ejemplo, que se consuman más snacks que alimentos nutritivos. Si una persona tiene predisposición genética a padecer diabetes, probablemente la desarrolle por influjo de esos dos factores.

Por su parte, la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Mirta Roses, subraya que "existen estrategias eficaces para la prevención y el tratamiento de la diabetes, que pueden reducir los gastos relacionados con otras enfermedades crónicas no transmisibles". Roses indica que "la creciente epidemia de diabetes y de enfermedades crónicas no transmisibles en las regiones de Latinoamérica y el Caribe debe abordarse frontalmente, con soluciones tangibles, rentables y prevenibles".

Roses opina que "es hora de que todos los socios y gobiernos reconozcan la estrecha relación que existe entre las enfermedades crónicas no transmisibles y el desarrollo socioeconómico global". Por eso, "un desarrollo que no considere las consecuencias sanitarias puede resultar costoso y perpetuar la pobreza".

La diabetes representa el 9% de las muertes de la región, estimándose que unas 330.000 personas con diabetes mueren a causa de complicaciones relacionadas con la enfermedad.

Anil Kapur, director de World Diabetes Foundation, indica que "la cumbre de Brasil crea una oportunidad para que gobiernos, responsables de políticas y expertos en salud pública puedan adoptar un enfoque integrado de la diabetes enfocado tanto sobre las enfermedades transmisibles como no las no transmisibles".

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